viernes, 14 de noviembre de 2014

Tacto, gusto y olfato

 
 
 
El sentido del gusto nos permite distinguir los alimentos indeseables o incluso mortales de aquellos que resultan agradables. constituye sobre todo una función de las yemas gustativas de la boca. el sentido del gusto le permite a una persona escoger la comida en función de sus deseos.


 
 

Los receptores de los cuales depende la olfacción, el sentido del olfato, están situados en el epitelio olfatorio. El aparato olfatorio consta de células receptoras (que son neuronas bipolares), células de sostén (sustentaculares) y células madre basales. Las células madre generan nuevas células receptoras cada uno a dos meses para reemplazar las neuronas dañadas por exposición

al ambiente. Las células de sostén son células epiteliales ricas en enzimas que oxidan odorantes volátiles hidrolóbicos, lo que hace que estas moléculas sean menos liposolubles y, así menos capaces de penetrar membranas y entrar al encéfalo.


 
 

Cada tipo de receptor sensorial muestra respuesta a una modalidad particular de estimulo al causar la producción de potenciales de acción en una neurona sensorial. Estos impulsos se conducen hacia partes del encéfalo que proporcionan la interpretación apropiada de la información sensorial cuando se activa esa vía neural especifica.


 

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